miércoles, 3 de octubre de 2012

Los trastornos del sueño pueden ser señales tempranas de Alzheimer


      Los trastornos del sueño podrían contarse entre los primeros indicios de mal de Alzheimer, según un estudio con ratones conducido por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington que publica hoy la revista "Science Translational".




Los investigadores descubrieron que cuando aparecen las primeras señales de acumulación de placa en el cerebro ocurren trastornos significativos en el ciclo normal de sueño y despertar.

"Si las anormalidades en el sueño comienzan tan temprano en el curso del mal de Alzheimer entre los humanos, estos cambios podrían proporcionarnos indicios de una patología fácilmente detectables", indicó el autor principal, David Holtzman, director del Departamento de Neurología en esa universidad.

"Cuando empezamos a tratar a los pacientes con Alzheimer antes de la aparición de la demencia, la presencia o ausencia de problemas para dormir puede ser un indicador rápido del efecto que tienen o no tienen los nuevos tratamientos", añadió.

Si bien el mal de Alzheimer no es parte normal del envejecimiento, el riesgo de desarrollar la enfermedad aumenta con la edad.

El Instituto Nacional del Envejecimiento calcula que la prevalencia del Alzheimer se duplica con cada cinco años de edad después de los 65.



En un estudio publicado en 2009, Holtzman demostró que los niveles en el cerebro de un ingrediente primario de las placas aumenta naturalmente cuando los ratones jóvenes están despiertos y disminuye después de que se han ido a dormir.

Si se priva a los ratones del sueño, se trastorna este ciclo y se acelera el desarrollo de las placas cerebrales.

Más tarde se detectó un aumento y una disminución del componente de placas, una proteína llamada beta amiloide, en el fluido cerebroespinal de humanos sanos.

La nueva investigación muestra que cuando aparecen los primeros indicios de placas cerebrales cesan, tanto en ratones como en humanos, las fluctuaciones naturales en los niveles de beta amiloide.

Los ratones son animales noctámbulos y normalmente duermen unos 40 minutos durante cada hora de luz diaria, pero cuando empiezan a formarse las placas de Alzheimer en sus cerebros, el tiempo promedio de sueño baja a unos 30 minutos por hora.

Para confirmar que la beta amiloide estaba vinculada directamente con los cambios en el sueño los investigadores dieron una vacuna contra esta proteína a un nuevo grupo de ratones con la misma modificación genética.

Sus patrones de sueño permanecieron normales y los niveles de beta amiloide en el cerebro siguieron subiendo y bajando regularmente.

Los científicos evalúan ahora si los problemas de sueño ocurren en los pacientes que tienen otros indicios de la enfermedad de Alzheimer, tales como placas en el cerebro, pero que no han desarrollado todavía problemas de memoria u otros trastornos cognitivos.

viernes, 24 de agosto de 2012

Dormir bien ayuda a quemar grasas


Según un estudio de la Universidad de Chicago, dormir durante toda la noche hace que se pierda más cantidad de grasa. Concretamente, si reducimos nuestro sueño a sólo 5,5 horas perdemos el mismo peso que tras un sueño de 8,5 horas, pero la quema de grasas se reduce a la mitad. Esto siempre y cuando estemos realizando a la vez una dieta para adelgazar.

Cuando reducimos las horas de sueño, aumentan los niveles de grelina, una hormona que estimula el hambre y reduce el gasto energético, además de “promover la retención de grasas”, según explica Plamen Penev, director del estudio.
Se ha demostrado que las concentraciones de Grelina se incrementan antes de comenzar a comer, siendo una de  las señales que iniciarían el acto de comer. También estimula la motilidad y acidez gástrica que acompaña precisamente a los prolegómenos de la comida. Una vez se produce la ingesta, sus concentraciones disminuyen. Es una hormona orexígena potente, no sólo porque facilite el inicio de la comida sino que produce aumento de peso.
"Por primera vez, tenemos evidencias de que el número de horas de sueño puede marcar diferencias en el resultado de una dieta de adelgazamiento”, asegura Penev. Y añade que “si tu objetivo es perder grasa, saltarte horas de sueño es como pinchar las ruedas de tu bicicleta”.

miércoles, 1 de agosto de 2012

¿Es perjudicial dormir poco?


“Estos datos contradicen una creencia popular, la de que el organismo se puede acostumbrar a funcionar durmiendo poco, sin consecuencias”, afirma el director de esta investigación el Dr. HansP.A. Van Dongen, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pensilvania.



Los 48 participantes de este estudio fueron divididos en cuatro grupos que durmieron 4, 6 u 8 horas cada noche durante dos semanas, o que no durmieron durante tres días. Todos los grupos fueron controlados en el laboratorio del sueño durante las dos semanas para garantizar la exactitud del protocolo del estudio. Todos los participantes fueron evaluados con una batería de pruebas mentales y fisiológicas de forma periódica diaria y se les realizó un cuestionario acerca de cuán cansados se sentían.
“Los que durmieron menos de 8 horas cada noche reaccionaron más lentamente, eran menos capaces de pensar claramente y de realizar sencillas tareas de memoria”, informan los investigadores en el número de marzo de la revista Sleep.  Asimismo, también realizaron ciertas tareas tan mal como los individuos que no habían dormido en una o dos noches seguidas.
Sin embargo, dormir unas pocas horas hace que los individuos se encuentren menos cansados que los que no duermen, a pesar de que los resultados mostraron un nivel similar de deterioro de las funciones mentales. “En consecuencia” afirma el Dr. Van Dongen, “deberían aplicarse contramedidas laborales para las personas que no pueden evitar dormir poco de forma crónica, como el personal militar, el personal de guardia, los médicos, los trabajadores con cambios de turno, etc. En estas profesiones habría que limitar el número de horas de la jornada laboral, ofrecer la oportunidad de periodos de descansos estratégicos, o permitirles el uso de la cafeína u otros estimulantes químicos para mantener el estado de alerta”.
Este estudio también ha encontrado que existe una gran diferencia entre los individuos en el número de horas que necesitan dormir. “Conseguir una cantidad de horas de sueño suficiente es una decisión del estilo de vida de cada uno”, terminan diciendo los investigadores, “ya que dormir es una de las funciones importantes de la vida y cada uno necesita controlarla”

lunes, 23 de julio de 2012

La tecnología no es buena antes de dormir


Según un estudio de la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos, los amantes de la tecnología están interrumpiendo su patrón de sueño cuando disfrutan de algún videojuego o se enganchan a alguna aplicación del móvil antes de irse a dormir.



Para los especialistas responsables del estudio, el uso constante de gadgets en los minutos previos a descansar la cabeza en la almohada puede provocar desórdenes en los hábitos de sueño.

La encuesta, realizada en Estados Unidos, puso de manifiesto que el 43% de las personas de entre 13 y 64 años aseguran que en raras ocasiones logran dormir bien durante la noche.

El 95% reconoció que usa algún aparato electrónico como el televisor, ordenador, videojuegos o teléfonos móviles momentos antes de irse a dormir.

El 60% dijo que tiene problemas como ronquidos, despertarse en mitad de la noche o sentirse cansado al despertar.

"Desafortunadamente los teléfonos celulares y las computadoras -que hacen nuestra vida más agradable y productiva- también están siendo usados en forma abusiva hasta el punto en que contribuyen a dormir menos dejando a millones de estadounidenses sin funcionar adecuadamente al siguiente día", afirma David Cloud, director ejecutivo de la Fundación.

viernes, 29 de junio de 2012

Los niños que duermen cinco o menos horas duplican el riesgo de padecer obesidad


La falta de sueño conlleva un aumento de todas las hormonas que incitan al apetito "y a la ingesta precisamente de alimentos ricos en grasa y azúcares. Por este motivo, los expertos han apostado por dormir al menos ocho horas diarias para mantener un peso adecuado.



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Los niños que duermen cinco o menos horas al día casi duplican el riesgo de convertirse en una persona obesa en el futuro. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) celebran este miércoles el 'Día Nacional de la Persona Obesa', bajo el lema 'la obesidad nunca duerme', para alertar de esta problemática.

"En la última década se ha puesto en evidencia la existencia de una estrecha correlación entre dormir pocas horas y un mayor riesgo de ser obeso", ha afirmado el presidente de SEEN, el doctor Javier Salvador.

"Es por ello que para prevenir el desarrollo de obesidad en nuestra sociedad, así como para intentar que las personas obesas pierdan peso, junto a los obligados cambios del estilo de vida (alimentación y ejercicio), es necesario dormir al menos siete u ocho horas diarias", ha añadido.

En este sentido, el presidente de SEEDO, el profesor Felipe Casanueva, ha apuntado a las evidencias científicas de que los niños obesos duermen menos que aquellos niños que tienen "normopeso".

Este experto ha alertado del "gran problema" que supone la obesidad infantil, "dado que un alto porcentaje de niños obesos mantiene este trastorno cuando son adultos".

La falta de sueño conlleva un aumento de todas las hormonas que incitan al apetito "y a la ingesta precisamente de alimentos ricos en grasa y azúcares", ha señalado Casanueva. Por este motivo, el experto ha apostado por dormir al menos ocho horas diarias para mantener un peso adecuado.

El 23 por ciento de la población española de más de 18 años sufre obesidad, enfermedad que aumenta el riesgo de presentar otras patologías graves como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, el síndrome de apneas-hipoapneas del sueño, y diversos tipos de neoplasias, como cáncer de colon.

Hace 77000 años los humanos ya usaban ropa de cama, colchones y repelentes de insectos


Un equipo internacional de arqueólogos ha descubierto camas de plantas preservadas y evidencias del uso de plantas repelentes de insectos de hace 77.000 años en un refugio de piedra en el sur de Africa.



La ropa de cama antigua fue descubierta durante excavaciones en Sibudu, un refugio de roca en la provincia de KwaZulu-Natal (Sudáfrica), donde Lyn Wadley, profesor de la Universidad de Witwatersrand, ha estado excavando desde 1.998. Por lo menos 15 capas diferentes contienen ropa de cama, de entre 77.000 y 38.000 años.

La ropa de cama, que se encuentra muy bien conservada, consiste en una capa de tallos de juncos y hojas fosilizados cubiertos por una capa delgada de hojas, identificadas por el botánico Marion Bamford como pertenecientes al Cryptocarya woodii; las hojas de este árbol contienen químicos insecticidas, adecuados para repeler a los mosquitos.

La selección de estas hojas para la construcción de camas sugiere que los primeros habitantes de Sibudu tenían un gran conocimiento de las plantas que rodean el refugio, y estaban al tanto de sus usos medicinales. Según Lyn Wadley, "los antiguos habitantes recogían juncos en el río uThongathi, situado justo debajo del lugar, y disponían las plantas en el suelo de la vivienda. La ropa de cama no se utilizaba sólo para dormir, sino que, además, proporcionaba una superficie cómoda para la vida y el trabajo".

El análisis microscópico de la ropa de cama, dirigido por Christopher Miller, profesor de Geoarqueología de la Universidad de T~bingen, sugiere que los habitantes reformaron la ropa de cama repetidamente durante el curso de la ocupación. El análisis microscópico demostró que los habitantes de Sibudu quemaban la ropa de cama después de su uso. "Se quemaba la ropa de cama usada posiblemente como una forma de eliminar las plagas", explica Miller.

La ropa de cama conservada también está asociada a restos de chimeneas y numerosos depósitos de cenizas. Hace 58 mil años, el número de chimeneas, ropa de cama y cenizas se incrementó dramáticamente; los arqueólogos creen que esto se debe a una ocupación intensiva. En el artículo, los arqueólogos sostienen que el aumento de la ocupación se corresponde con los cambios demográficos del momento, en Africa; hace 50 mil años, los humanos modernos comenzaron a expandirse fuera de Africa, sustituyendo a los seres humanos arcaicos de Eurasia, incluyendo a los neandertales.

viernes, 1 de junio de 2012

Descubren una variante genética propia de los dormilones

Investigadores de las universidades de Ludwig Maximilians de Munich (Alemania) y Edimburgo (Escocia) han descubierto una variante genética llamada ABCC9 que podría estar asociada con una mayor necesidad de dormir, según los resultados de un estudio publicado en la revista 'Molecular Psychiatry'.


Las necesidades de sueño varían de un individuo a otro y, de este modo, existen ejemplos históricos de personalidades que para rendir al máximo necesitaban dormir hasta 11 horas, caso del científico Albert Einstein, o apenas cuatro horas, como la exprimera ministra británica Margaret Thatcher.

Para tratar de definir los parámetros que rigen esta variabilidad, los autores del estudio analizaron el ADN de más de 10.000 ciudadanos de Escocia, Alemania, Croacia, Holanda, Italia y Estonia, que a su vez se sometieron a un cuestionario sobre sus hábitos de sueño.
El objetivo era conocer con precisión sus horas de sueño, tanto en días laborables como en festivos, o si usan medicamentos para conciliar el sueño, entre otras cuestiones.

De este modo, y tras comparar sus respuestas con los resultados de su análisis genético, observaron que había una variante genética que predominaba entre quienes dormían más de los ocho horas de media. En concreto, los ciudadanos con el gen ABCC9 necesitaban al menos 30 minutos más de sueño.

Además, posteriormente estudiaron cómo este gen actúa en la mosca de la fruta, que también tienen este gen, y encontraron que aquéllas que no tenían la variante dormían tres horas menos que el promedio.

El científico agrega que "tanto dormir mucho como dormir muy poco está asociado a problemas de salud como hipertensión, obesidad y enfermedad del corazón", de ahí que tratar de entender la relación entre el sueño y estas enfermedades sea un área "muy importante" de cara a prevenirlas.