viernes, 29 de junio de 2012

Los niños que duermen cinco o menos horas duplican el riesgo de padecer obesidad


La falta de sueño conlleva un aumento de todas las hormonas que incitan al apetito "y a la ingesta precisamente de alimentos ricos en grasa y azúcares. Por este motivo, los expertos han apostado por dormir al menos ocho horas diarias para mantener un peso adecuado.



http://www.dixio.com/ifaces/dixioforyoursite/help/larazon/es/enabled.gif
Los niños que duermen cinco o menos horas al día casi duplican el riesgo de convertirse en una persona obesa en el futuro. La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) celebran este miércoles el 'Día Nacional de la Persona Obesa', bajo el lema 'la obesidad nunca duerme', para alertar de esta problemática.

"En la última década se ha puesto en evidencia la existencia de una estrecha correlación entre dormir pocas horas y un mayor riesgo de ser obeso", ha afirmado el presidente de SEEN, el doctor Javier Salvador.

"Es por ello que para prevenir el desarrollo de obesidad en nuestra sociedad, así como para intentar que las personas obesas pierdan peso, junto a los obligados cambios del estilo de vida (alimentación y ejercicio), es necesario dormir al menos siete u ocho horas diarias", ha añadido.

En este sentido, el presidente de SEEDO, el profesor Felipe Casanueva, ha apuntado a las evidencias científicas de que los niños obesos duermen menos que aquellos niños que tienen "normopeso".

Este experto ha alertado del "gran problema" que supone la obesidad infantil, "dado que un alto porcentaje de niños obesos mantiene este trastorno cuando son adultos".

La falta de sueño conlleva un aumento de todas las hormonas que incitan al apetito "y a la ingesta precisamente de alimentos ricos en grasa y azúcares", ha señalado Casanueva. Por este motivo, el experto ha apostado por dormir al menos ocho horas diarias para mantener un peso adecuado.

El 23 por ciento de la población española de más de 18 años sufre obesidad, enfermedad que aumenta el riesgo de presentar otras patologías graves como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, el síndrome de apneas-hipoapneas del sueño, y diversos tipos de neoplasias, como cáncer de colon.

Hace 77000 años los humanos ya usaban ropa de cama, colchones y repelentes de insectos


Un equipo internacional de arqueólogos ha descubierto camas de plantas preservadas y evidencias del uso de plantas repelentes de insectos de hace 77.000 años en un refugio de piedra en el sur de Africa.



La ropa de cama antigua fue descubierta durante excavaciones en Sibudu, un refugio de roca en la provincia de KwaZulu-Natal (Sudáfrica), donde Lyn Wadley, profesor de la Universidad de Witwatersrand, ha estado excavando desde 1.998. Por lo menos 15 capas diferentes contienen ropa de cama, de entre 77.000 y 38.000 años.

La ropa de cama, que se encuentra muy bien conservada, consiste en una capa de tallos de juncos y hojas fosilizados cubiertos por una capa delgada de hojas, identificadas por el botánico Marion Bamford como pertenecientes al Cryptocarya woodii; las hojas de este árbol contienen químicos insecticidas, adecuados para repeler a los mosquitos.

La selección de estas hojas para la construcción de camas sugiere que los primeros habitantes de Sibudu tenían un gran conocimiento de las plantas que rodean el refugio, y estaban al tanto de sus usos medicinales. Según Lyn Wadley, "los antiguos habitantes recogían juncos en el río uThongathi, situado justo debajo del lugar, y disponían las plantas en el suelo de la vivienda. La ropa de cama no se utilizaba sólo para dormir, sino que, además, proporcionaba una superficie cómoda para la vida y el trabajo".

El análisis microscópico de la ropa de cama, dirigido por Christopher Miller, profesor de Geoarqueología de la Universidad de T~bingen, sugiere que los habitantes reformaron la ropa de cama repetidamente durante el curso de la ocupación. El análisis microscópico demostró que los habitantes de Sibudu quemaban la ropa de cama después de su uso. "Se quemaba la ropa de cama usada posiblemente como una forma de eliminar las plagas", explica Miller.

La ropa de cama conservada también está asociada a restos de chimeneas y numerosos depósitos de cenizas. Hace 58 mil años, el número de chimeneas, ropa de cama y cenizas se incrementó dramáticamente; los arqueólogos creen que esto se debe a una ocupación intensiva. En el artículo, los arqueólogos sostienen que el aumento de la ocupación se corresponde con los cambios demográficos del momento, en Africa; hace 50 mil años, los humanos modernos comenzaron a expandirse fuera de Africa, sustituyendo a los seres humanos arcaicos de Eurasia, incluyendo a los neandertales.

viernes, 1 de junio de 2012

Descubren una variante genética propia de los dormilones

Investigadores de las universidades de Ludwig Maximilians de Munich (Alemania) y Edimburgo (Escocia) han descubierto una variante genética llamada ABCC9 que podría estar asociada con una mayor necesidad de dormir, según los resultados de un estudio publicado en la revista 'Molecular Psychiatry'.


Las necesidades de sueño varían de un individuo a otro y, de este modo, existen ejemplos históricos de personalidades que para rendir al máximo necesitaban dormir hasta 11 horas, caso del científico Albert Einstein, o apenas cuatro horas, como la exprimera ministra británica Margaret Thatcher.

Para tratar de definir los parámetros que rigen esta variabilidad, los autores del estudio analizaron el ADN de más de 10.000 ciudadanos de Escocia, Alemania, Croacia, Holanda, Italia y Estonia, que a su vez se sometieron a un cuestionario sobre sus hábitos de sueño.
El objetivo era conocer con precisión sus horas de sueño, tanto en días laborables como en festivos, o si usan medicamentos para conciliar el sueño, entre otras cuestiones.

De este modo, y tras comparar sus respuestas con los resultados de su análisis genético, observaron que había una variante genética que predominaba entre quienes dormían más de los ocho horas de media. En concreto, los ciudadanos con el gen ABCC9 necesitaban al menos 30 minutos más de sueño.

Además, posteriormente estudiaron cómo este gen actúa en la mosca de la fruta, que también tienen este gen, y encontraron que aquéllas que no tenían la variante dormían tres horas menos que el promedio.

El científico agrega que "tanto dormir mucho como dormir muy poco está asociado a problemas de salud como hipertensión, obesidad y enfermedad del corazón", de ahí que tratar de entender la relación entre el sueño y estas enfermedades sea un área "muy importante" de cara a prevenirlas.