Según un estudio de la Universidad
de Chicago, dormir durante toda la noche hace que se pierda más cantidad de
grasa. Concretamente, si reducimos nuestro sueño a sólo 5,5 horas perdemos el
mismo peso que tras un sueño de 8,5 horas, pero la quema de grasas se reduce a
la mitad. Esto siempre y cuando estemos realizando a la vez una dieta para adelgazar.
Cuando reducimos las horas de sueño, aumentan los niveles de
grelina, una hormona que estimula el hambre y reduce el gasto energético, además de
“promover la retención de grasas”, según explica Plamen Penev, director del
estudio.
Se ha demostrado que las
concentraciones de Grelina se incrementan antes de comenzar a comer, siendo una
de las señales que iniciarían el acto de comer. También estimula la
motilidad y acidez gástrica que acompaña precisamente a los prolegómenos de la
comida. Una vez se produce la ingesta, sus concentraciones disminuyen. Es una
hormona orexígena potente, no sólo porque facilite el inicio de la comida sino
que produce aumento de peso.
"Por primera vez, tenemos evidencias de que el número de
horas de sueño puede marcar diferencias en el resultado de una dieta de
adelgazamiento”, asegura Penev. Y añade que “si tu objetivo es perder grasa, saltarte
horas de sueño es como pinchar las ruedas de tu bicicleta”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario